FUENTE:
Las fuentes recogen el agua del manantial/depósito y
a través de muros que la retienen y la encauzan para forzar su salida a través
de un orificio conectado por caños. El agua cae en un recinto de piedra de
diversas formas llamado “cocino” o “fuentañon”, que puede situarse a ras de
suelo o elevado.
PILÓN:
El pilón o abrevadero se sitúa anexo a la
fuente, compuesto por un estanque o depósito rectangular para dar de beber agua
al ganado. Pueden tener diferentes dimensiones y formas, aunque generalmente
son alargados, para que el ganado pueda beber en conjunto. El abrevadero se
sitúa a una altura inferior de modo que el agua de la fuente, al rebosar, cae
al pilón, siendo más accesible para los animales más pequeños y a su vez
separando el agua para una mayor higiene.
LAVADERO:
Los lavaderos son depósitos de agua preparados para
lavar, estos, están elevados y cubiertos. Generalmente eran públicos,
habilitados para todos los vecinos de los pueblos. Su forma puede ser cuadrada
o rectangular, con cuatro muros o diques para almacenar el agua, con una
inclinación hacia el interior para evitar el desperdicio del agua y facilitar el
lavado.
UN POCO DE HISTORIA:
En la época en la que desconocía el agua corriente en las
casas, su consumo implicaba una obtención bastante más laboriosa, y en muchas
ocasiones se practicaba un uso comunitario del agua. Así, tradicionalmente, en
el medio rural, el agua de consumo doméstico se extraía de ríos o manantiales.
La explotación de las minas en los montes contaminaba el
agua de los cauces, y, por otra parte, era habitual la propagación de
enfermedades al compartir animales y personas las mismas aguas en los
manantiales.
Por este motivo se empezaron a construir en el siglo XVIII
fuentes, abrevaderos y lavaderos en todos los pueblos, suponiendo todo un
avance en las condiciones de vida y trabajo de las mujeres, por las mejoras en
la salubridad, la higiene y la comodidad.
A partir del siglo XIX se empezó a generalizar la
construcción de este tipo de arquitectura hidráulica por todos los pueblos,
canalizando las aguas de los manantiales hasta llegar a las fuentes, abrevaderos
y lavaderos.
A finales de los años 50 del siglo XIX se completa la red
de abastecimiento de agua potable a las viviendas y el correspondiente
alcantarillado, dejando de ser imprescindibles estas construcciones
utilitarias.
Su establecimiento dependía de su utilidad, las fuentes y
abrevaderos generalmente se levantaban en lugares céntricos. Lo más frecuente
es encontrarnos los tres elementos (Fuente, Abrevadero y Lavadero) agrupados.
El conjunto hidráulico se organiza linealmente, conectado por canales o
rebosaderos en batería, de modo que se aproveche el uso del agua, incluso
reutilizándose. En primer lugar, se encuentra la fuente por donde emana el agua
del manantial, apta para el consumo humano. En segundo lugar, el abrevadero,
para el consumo animal (el ganado), y finalmente el lavadero, con agua mezclada
con jabón.
FOTOS DE NUESTRA FUENTE Y LAVADERO: